Dice Norma Desmond que ella sigue siendo grande, que es el cine el que se ha hecho pequeño. El gran Woody apunta que en el cine, si no te equivocas de vez en cuando, es porque no lo intentas. Don Arturo, aquel taciturno comediante de El viaje a ninguna parte, espetaba sobreactuado que “esto del cine es una mierda” (obviamente, esta última palabra debe leerse con la voz de Don Fernando Fernán Gómez). Samuel Goldwyn dijo: “Esa película es más que magnífica, es mediocre”. Muy positivo el señor Samuel.
El cine, como las críticas, siempre tiene un lado negativo y otro positivo: aquella chica que conociste gracias a Titanic (en dos dimensiones por favor), el actor que te enseñó a coger un cigarrillo con estilo en las manos y dureza en la mirada, la escena de sexo iniciático que te hizo ver que no todo era Parchís (una pista: “Penitenciagite!”), la frase que repites cada vez que te miras a un espejo, esa forma de bailar que te enseñó Manero y que disimula tu arritmia, ese plano de Central Park, elegir siempre el quesito rosa o, simplemente, el diseño de los créditos.
Y en eso va a consistir A positivar. Críticas de películas que siempre tendrán un lado positivo. Algunas veces, innegablemente, el esfuerzo será enorme. Pero las críticas que se viertan en este blog, tendrán todas algo bueno que contar. Y esta es nuestra línea editorial, pero si no te gustan, tenemos otras.