Una vez más, las palabras de John Ajvide Lindqvist se hacen cine sereno y sigiloso. Una vez más, utiliza el género y las imágenes fijadas en las mentes para transformarlas en primicia. Descansa en paz es una película de muertos vivientes. Una especie de génesis zombi que busca el apocalipsis doméstico.
La primera película de Thea Hvistendahl, nórdica como ella sola, sin un rayo de luz ni una palabra de más, impacta desde la pausa y el realismo para contarnos lo que ocurrió un caluroso día de verano en Oslo: los difuntos salieron de sus tumbas y, a la vez, los familiares de sus hoyos. Un niño es desenterrado por su abuelo y llevado de vuelta a casa. Una mujer recién fallecida por un accidente de tráfico vuelve a tener actividad eléctrica en su cerebro. Una anciana regresa a la casa de su hermana con la que vivía hace pocos días.
No es fácil ni lo pretende. Tampoco tiene el alcance de Déjame entrar o Border. Es original y terroríficamente curiosa. Habla de preferir el familiar zombi por encima del luto. Bueno, no habla… lo muestra.
Descansa en paz es la película del verano escondida en la cartelera de los dibujos, las letras barrocas y las secuelas. Ha estado bien. Pero, eso sí, no sé si quiero repetir.
No Comment