(LA SEGUÍ MUY BIEN) No tengo mucho tiempo. No es que me siga alguien o algo, es que me he desvelado. Son las cinco de la mañana. En serio. He encendido el ordenador y no paro de girarme porque noto alguna presencia extraña. No pongáis la mesa del ordenador encarada hacia la pared; vigilad las espaldas. No tengo miedo. Joder con el puto crujido de la nevera. Tiene la cadencia de alguien que sube escaleras. En serio. ¿Están los vecinos follando? Ah, no, parece que alguien escucha la radio a estas horas. ¿Madrugadores? ¿Más insomnes? ¿Espíritus? Sigamos con la crítica de It Follows. Para ser sincero estoy algo acojonadillo. Diminutivo de fortaleza. Ahora que pienso: “Estate bien tranquilo”, me dije. Los fantasmas de la película que se aparecían a los desdichados personajes se transferían por transmisión sexual. En serio.
Muy poco fan del cine de terror con teenagers; sí puedo decir, para empezar, que It Follows es la mejor película que he visto de ese género —llámalo slasher o llámalo como quieras— en mi vida. El primer plano del film ya me dejó intrigado: un trescientos sesenta espectacular que me hizo ponerme derecho y empezar a fijarme con otros ojos. Estaba en lo cierto. A partir de ahí, excelente utilización del diálogo y mejor de los silencios, tono pausado, panorámicas y planos generales, más trescientos sesenta, una estupenda banda sonora y todos esos recursos que no se utilizan en el cine de terror con teenagers del que no soy fan.
It Follows se sigue perfectamente. Ojos entornados en ocasiones, pero da la impresión de estar inmiscuido en algo más cercano a Las vírgenes suicidas, a Déjame entrar o, incluso, a Take Shelter que a algo del género referido. El tráiler me engañó. La sinopsis: Jay echa un polvete con su nuevo novio en el asiento trasero de un coche y, algo inusual para este tipo de películas (reiterando), nadie los degüella durante la cópula. Sin embargo, el novio utiliza cloroformo para que Jay pierda el conocimiento y, cuando se despierta, éste le explica que desde que se han acostado le ha traspasado una serie de visiones y pesadillas. Qué cabroncete. Y encima le dice que se busque a otro para seguir la cadena.
Que no os engañe la frivolidad del argumento. David Robert Mitchell, director y guionista, esgrime una enorme sensibilidad y una puesta en escena repleta de belleza y buen gusto. Los escenarios, en un Detroit que se está vaciando de habitantes pero llenando de cineastas y localizadores, respiran una atmósfera prácticamente lírica y atemporal ¿los 70, 80, 90? ¿La actualidad? Todo está medido y cuidado. Es fascinante. Es inquietante. La utilización del sexo en It Follows parece que está emanando diferentes lecturas. Yo no le sacó ninguna. Es un elemento más. No obstante… ¡Joder! Qué susto. La nevera de los cojones. Me voy a dormir. Está amaneciendo. En serio.
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